Relámpagos, granizos y Max
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El 11 de junio del 2018 fue un lunes muy diferente en Santiago, desde hace años que a esa fecha no se sentía ese aire tan cálido y particular, combinado de nubes redondas y esponjosas como los algodones de azúcar.
Mientras caminaba por Alameda se dejaron caer unas gotitas de lluvia y sonidos de truenos se iban acercando poco a poco, (no sé si a ti te gustan, lo que es a mi, me encantan! por eso me quedó tan marcado).
A pocos minutos de haber llegado donde mis papás, para contarles que más tarde junto a Felipe íbamos a conocer a alguien muy especial, comenzamos a sentir granizos, salimos a la calle y eran tan intensos que el suelo se volvió blanco así que no quedó otra que hacer bolitas y comenzar a jugar como niñxs :).
Hablamos con Felipe y dudamos un poco en ir a conocer a Max debido al mal clima, pero era tanto nuestro deseo que ya a las 21.00 hrs. fuimos oficialmente el nuevo hogar de este perrito, que nos conquistó al darnos su patita, demostrarnos su ternura y su loca forma de jugar.
De inmediato se subió a la camioneta que lo llevaría a su nueva casa, pasamos a comprarle comida y llegamos a hacerle una cama improvisada con algunas frazadas y cojines, porque claro, vimos publicada su adopción dos días antes en Nación Quiltro, días los cuales él siguió en nuestras mentes y ese mismo lunes nos decidimos a adoptarlo y coordinar la visita. Desde ahí que su aventura en nuestras vidas, no ha parado, si tienes dudas o ganas de adoptar a un animalitx, sólo te digo que será el gran amor de tu vida y el mejor compañerx de viaje.
Aquel día fue tan lleno de sucesos y emociones positivas que nunca lo olvidaré.
Con cariño para ti, mi cachorrote hermoso, Max.